sábado, 11 de outubro de 2014

CHINA E ISRAEL

Los lazos comerciales y culturales se refuerzan
China, el mayor inversionista extranjero en Israel 


El mayor inversionista extranjero en la economía de Israel ya no proviene de América del Norte o Europa: ahora es China, con más de 10 mil millones de dólares en volumen de intercambio comercial.
En los últimos dos años, manifestó Edouard Cukierman, una persona de negocios profundamente involucrada en el comercio bilateral entre Israel y el gigante asiático, "China en los últimos dos años se ha convertido en el primer inversor en Israel. Para ellos, Israel es una gran fuente de tecnología para ayudar a desarrollar su economía, mientras que para nosotros, es una fantástica oportunidad para ganar la entrada en el mercado más grande del mundo".
Cada vez más, los israelíes están mirando a China como una especie de "hermano mayor", un socio con una economía floreciente y con grandes perspectivas de crecimiento a largo plazo.
En mayo pasado, durante una confluencia de ferias y eventos patrocinados por el gobierno, hubo cerca de 1.000 hombres de negocios chinos en Israel. Entre esas reuniones tuvo lugar
por primera vez la Cumbre Económica de Israel en China. Casi todos los participantes chinos estaban en Israel por primera vez, disfrutando de las vistas y el paisaje y haciendo compras alrededor, como así también observaron y aprendieron de las tecnologías que pudieron llevar a su país para ayudar a resolver múltiples problemas.
Siendo una economía tan dependiente de las exportaciones, los israelíes están encantados de poder exportar tecnología y sistemas para la segunda mayor economía del mundo.
Nathan Löw, un inversor estadounidense-israelí cuyo grupo Ziontech Angels ha emparejado a decenas de empresas israelíes con los inversionistas extranjeros, también ve a China como un lugar donde los israelíes pueden hacer negocios.
Löw es conocido como uno de los pioneros en impulsar la inversión Angel en la alta tecnología israelí. Desde joven empezó a estudiar lengua y cultura chinas, y cree que las culturas china y judía tienen muchas similitudes: ambos pueblos tienen 5.000 años de antigüedad, veneran a sus mayores, tienen un amor por los libros, y mantienen a la familia como un valor central.